En estos días patrios viene a mi memoria los días de mi
juventud, los cuales disfruté a cabalidad.
Recuerdo con gran alegría como se vivían las Fiestas Patrias;
en ese entonces iniciaban en julio, con la organización de los comités para las
candidatas que sólo eran dos, la del Barrio de Arriba (San Miguel) y la del
Barrio de Abajo (San Rafael). Estos comités se encargaban de organizar con
mucho entusiasmo las actividades que iban desde charreadas y tardeadas aquí en
el pueblo, en Los Ocotes, Cabos y Cañada), se vendían algunos artículos y hasta
se lavaban autos. El fin era que comité recaudaba más fondos para poder ganar,
recuerdo que el voto valía un peso.
El día diez de septiembre en el quiosco de la Plaza
Principal se llevaba a cabo el conteo de los votos y se contaba el dinero recaudado
por cada comité y el equipo que aportaba más era el que su reina resultaba
ganadora.
Al día siguiente se iban de compras con el presidente de su
comité, se hacían de los vestidos, coronas y cetros que portarían.
El día trece de septiembre se organizaba el gran baile de
coronación en el Salón La Huerta, el que era amenizado por músicos de gran
ambiente.
Como ha sido la tradición hasta la actualidad, el día
catorce era el desfile de los charros y claro su gran celebración.
El día quince, uno de los más esperados; ya después del
desfile de antorchas, la ceremonia del grito, el mensaje oficial y la lectura
del acta de independencia, se llevaba a cabo un grandioso baile que era ambientado
por grandes orquestas y grupos versátiles de gran calidad. Ese día los
talpenses lucíamos nuestras mejores galas. Cuanta la gente mayor que ese baile
en algún tiempo se hacía en los pasillos y patio de la presidencia municipal.
El día dieciséis todos acudíamos al tradicional desfile de
independencia para después asistir a la botana que era organizada por el
ayuntamiento, donde bailábamos al son del mariachi y la banda.
Ya para cerrar la celebración el día diecinueve se hacía
otro baile con banda de viento.
Es así como recuerdo nuestras fiestas patrias, con serenata
y caminando en círculos en la plaza, buscando en cada vuelta alguna señorita,
lanzándole confeti con mucho respeto y escuchando la tradicional banda La Guayabera.
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